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martes, 29 de julio de 2014

Mi proposito y como Mision Fortuna ayuda a descubrirlo -video-





lunes, 28 de julio de 2014

Mision Fortuna y Empower Network en Espanol

Una Breve presentación de Misión Fortuna, equipo de hispanos vinculado a los negocios online que esta centrado en promover los entrenamientos de Empower Network que es una compañía líder en el desarrollo de herramientas digitales para llegar al máximo de consumidores potenciales y su gran importancia en la aplicación para las empresas modernas.


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jueves, 3 de julio de 2014

Sueños

Mas bien pensamientos e ideas que te llevan por un mundo de posibilidades o de objetivos alcanzables en la medida que creas que son posibles.

A lo largo del tiempo a existido una fuerte resistencia a que estas posibilidades puedan hacerse realidad para muchos de nosotros, pero no hay que preocuparse por eso ya que es parte del equilibrio necesario de convivencia, o imagínate un mundo habitado completamente por sabios o por grandes estrellas deportivas o musicales. Es el sabio equilibrio de la naturaleza que actúa en las mentes de los seres humanos.

"Pero" la preocupación de muchas personas también esta centrada en mantener el equilibrio para que ese porcentaje de personas que actúan como zombies o seres digitados por otros como títeres, exploten sus potenciales alimentado sus mentes de conocimientos que los saquen de su zona de confort y dejen de ser siempre la mayoría o personas del montón, masas o como quieras llamarlas.

Te dejo un video que te explicará gráficamente también mi forma de pensar; espero que sea de tu agrado.
También te quiero que leas "el cuento de la lechera" para la era moderna, que por cierto esta muy divertido y es una de las tantas reediciones del original. El mensaje es claro, nunca dejes de soñar porque la forma de lograr tus metas, trabajando por ellas, es lo que definirá lo que serás en el futuro inmediato y mediato, no importando si fracasas en los intentos; porque siendo completamente realistas muy pocos llegan a conocer el éxito.

Al final puedes leer el clásico de Esopo que esta muy pero muy lejano hacia atrás (más de 2 mil años) y es la forma de pensar que ha empobrecido a mucha gente hasta hoy.

EL CUENTO DE LA LECHERA 

El cuento de la lechera es un magnífico ejemplo de tesón, superación personal y autoconfianza. Todos los niños mayores de seis años deberían leerlo al menos una vez. Dice así. 
La lechera iba camino del mercado, con el consabido cántaro de leche en precario equilibrio sobre su cabeza. Este principio es bien conocido. 
Mientras caminaba iba soñando y hablando en voz alta, haciendo planes para el futuro: 
-Con el dinero de la venta de la leche compraré una segunda vaca, así tendré más leche para vender y ganaré más dinero. De ese modo podré comprar una tercera vaca, y después una cuarta y una quinta... y así sucesivamente hasta hacerme rica. Un día, en lugar de una vaca, me compraré una villa en Niza y me retiraré a descansar y disfrutar de mi dinero. 
En principio, nada que objetar. Visto así no parecía un mal plan. Sin embargo, la lechera, abstraída en sus pensamientos, tropezó con un tejón que cruzaba por allí y casi se le cae el cántaro al suelo. Por suerte eso no ocurrió, pero a partir de ese momento dejó de darle a la cabeza y fue mucho más atenta al camino. 
Llegados a este punto del cuento conviene señalar que la lechera era una mujer muy fuerte, su vaca era buenísima y el cántaro contenía cien mil litros de leche. Una lechera normal no podría con tanto peso. 
En cuanto estuvo instalada en el mercado empezó a vender leche. Aunque no tenía conocimientos de marketing ni sabía nada de fluctuaciones del mercado, oferta, demanda y todo eso, tuvo la rara ocurrencia de ponerle a la leche un precio exageradamente alto: cien euros por litro. 
Sus colegas lecheras comentaban: 
-Esmeralda está loca. ¿Quién va a pagar esa barbaridad por un litro de leche? Nadie. 
Pero ella no hizo caso y se limitó a esperar confiadamente. Cuando la gente llegaba a su puesto y veía el precio de la leche se decía: 
-Esta leche tiene que ser extraordinaria. De otro modo no podría valer tanto. 
Y todos compraban al menos un cuartillo, aunque solo fuera para probarla. 
Se corrió la voz. Algunos millonarios caprichosos le compraron varios cientos de litros y, a media mañana, un afamado fabricante de quesos se llevó toda la que le quedaba. 
Esmeralda se puso a hacer cuentas. Había vendido los cien mil litros, a cien euros por litro, total diez millones de euros. No estaba nada mal para una sola mañana. 
Con aquel dinero montó una gigantesca instalación agropecuaria de última generación, con ordeñadoras automáticas y todo. Incluso tenía su propio lacteoducto con el que enviaba la leche directamente a los supermercados de todo el mundo. 
Al final no se compró la villa de Niza, sino en Saint Tropez que le pareció más chic. Y allí vivió feliz hasta el final de sus días. 

Este es el cuento de la lechera. 

ESOPO (~VI a.C) 
Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! " 

La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar. 

"En realidades ciertas os podéis confiar, mas de las fantasías os debéis alejar"

Cuentos de la lechera, extraídos de: http://www.materialesdelengua.org